Williamescos

Sitio de los Williamescos: Compañeros de Generación de los años 50 del Colegio Williams en la Ciudad de México. La base de este grupo de muchachos de la tercera juventud es quienes cursamos el 1ro de primaria en 1951 y salimos en 3ro de secundaria de 1959. Desde entonces nos hemos venido reuniendo regularmente sin faltar un solo año. Este sitio es para tratar los temas de la amistad, las raíces compartidas, y el afecto por la escuela que ayudó a forjarnos.

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lunes, 22 de noviembre de 2010

Reunión Anual: Aniversario 60

Sesenta Años de Haber Entrado al Colegio Williams
Colegio Williams: Iniciamos nuestra Celebración de Aniversario con una visita a nuestro glorioso Colegio Williams. Llegamos once condiscípulos a las una de la tarde a tomarnos la fotografía de grupo frente al Castillo: Salvador J. Robles, Jesús Pontones, José Luis Vega Alarid, Luis Cristino Valenzuela (con su escudero, su cuñado Luis), Abelardo Castañeda, Xavier Lozoya, Luis Gutiérrez Poucel, Munir Chalela, Emilio Cortés, Miguel Ángel Barrientos y al último hizo su entrada triunfal Marco Antonio Sordo, quien llegó regañando a Luis Gutiérrez de que para que tenía celular si nunca lo contestaba.

Desgraciadamente, Arturo, ni su hijo Juan Williams, estuvieron presentes para saludarnos. Karen Blum, de Relaciones Públicas, tuvo la gentileza de recibirnos y de tomarse algunas fotos con nosotros. Posteriormente, el Prof. Lugo, Director de Secundaria, vino a saludarnos. Nos comentó de que de haber sabido que veníamos, nos hubiera preparado algo especial, lo cual nos hizo gracia pues desde hacía dos meses se había acordado la visita.

Por cierto Karen le dijo a Munir: “Licenciado, su corbata está muy bonita pero algo femenina”. Munir solo acertó a decir: gracias. Y Luis le dijo que venía vestido de Caja Fuerte. – ¿Por qué?, preguntó Munir, “porque nadie te haya la combinación”, contestó el Flopis.

Casa de Luis: Al término de la visita al Colegio, nos dirigimos a la casa de Flopis a celebrar, tomar buen vino, comer rico, y fumar buenos puros. Carlos Castellanos llevó una caja de vino “restringido”, o sea de altísima calidad. Flopis contrató a un Chef que se dio lujo preparándonos grandes platillos y sorprendiéndonos con nuevos sabores. Miguel Ángel Barrientos tuvo que levantarse a las tres de la mañana para elaborar su magnífico pastel que había ofrecido desde el desayuno al que nos invitó a su residencia. Marco Antonio Sordo llegó con una caja de puros “Monte Cristo”.

Al llegar Carlos con sus botellas le dijo al mesero: “no me vayas a restringir el vino”, lo cual entristeció a Mangel porque esperaba llevarse algunas botellas sobrantes para su casa. El Flopis también se lució, pues compró una caja de vino tempranillo Ribera del Duero sensacional.

Charlie Boy mandó grabar unas botellas de Tequila con el escudo del Williams. Varios le compramos la botella, la cual fue una verdadera ganga por su fino diseño, contenido de Tequila Reposado Don Ramón, y la elegante forma de la botella. José Luis agarró la botella como si fuera su orgullo masculino y suspiraba.Aparte de los compañeros que asistieron al Colegio, llegaron a la comida Rodolfo Vega Pasalagua, José Rodríguez Iglesias, William Wood, Felipe Diez Martínez y Carlitos Castellanos. En total fuimos dieciséis Williamescos a compartir la Sal, el Pan, el Vino y el Pastel a la Casa de Luis.

L
os Ausentes: Todos extrañamos a Manuel Riestra y Javier Torroja, quienes habían prometido asistir y que inclusive cooperaron para los costos del evento. Flopis lamentó las ausencias del “Huevo” y el Mosco, quien por cierto anda un poco delicado de salud con una uña enterrada, una gran almorrana, dolor de cabeza, y estreñimiento que le ha afectado la manera en que acostumbra sentarse en el trono. Otras ausencias notables, fueron las de Chucho Goyeneche, Nacho García Téllez, Georgie Hammeken, y Jorge Stahl. Fernando Hidalgo y Teran Serralde se moría de ganas de estar con nosotros, pero tuvo que viajar a Chile a una Conferencia Internacional Veterinaria, pero nos mandó la siguiente foto en donde no esta con sus bovinos, pero si con sus vinos.

Roberto Willebaldo López Peña se hizo de rogar y no contestó las llamadas de Flopis, ni de Chucho. También se mencionaron, por no saber dónde están o por no querer estar con nosotros, a Alberto Howeg Vianti, Fernando Barber, Guillermo Castrejón Amor, Jesús Estrada Resendiz, Jorge Delaye Carranza, Jorge Dillman, Luis Vera Martínez, Mario Coria, Mauricio Benjamín Behar, Negro Munguía, Pepe Gutiérrez Villar, Rafael González Oses, Ricardo Pesqueira, Roberto Rodriguez Rodriguez, Santana Viñas, Vicente Zarazua, y Víctor García Moreno. Se guardó un minuto de aplausos a nuestros amigos entrañables como Anthony Smith, Mauricio Obed, Fernando Puga, Eguía Pastelín, Gonzalo Restelli, Fernando Best, Gunter Wesche Raisendöbler, Humberto Wetzel Escobar, Salvador Valdez y otros.

Desarrollo de la Comida: Luis Cristino hizo una invitación generalizada a la Ciudad Patrimonio de la Humanidad de Tlalpuhaua en donde dicho por él:

“…los llevaré a conocer una fábrica que elabora esferas de navidad ya que mi tierra se ha convertido en una de las primeras productoras y exportadoras de esferas navideñas, haciendo gala de que, se elaboran de todas formas y tamaños. Después del paseo, iremos a mi casa en donde les ofreceré un menú en cuatro tiempos; como primer tiempo, consomé de borrego y un arroz rojo con chícharos; como segundo tiempo y para escoger mole con su respectiva pieza de pollo o barbacoa o carnitas a destajo, como tercer tiempo unos riquísimos frijoles de la olla y como tapón o sea cuarto tiempo un delicado y aromático café; habrá pulque a discreción y no habrá botellas restringidas, y claro, no le cobraré a nadie. Y mis invitaciones si son buenas.”

En ésta ocasión el grupo se dividió en dos. En el primero estaban Jelipe, Carlos, Habichuela, Luis Cristino (con su cuñado), Emilio y José Luis. Era el grupo de los normales. Su plática era simple y trivial, hablaron de licor, de la juventud, de algunas experiencias vividas. En el otro grupo estaba, lo que Jelipe describió como el Congreso de la Unión pues hablaban de política, economía y educación. Xavier discurría de sus experiencias de estudiante en Rusia y sus proyectos corrientes, y todos escuchándolo muy atentos. Habló sobre el pueblo de Mixcoac, rompiendo algunas ideas preconcebidas que teníamos de la zona. Comentó que está escribiendo la historia junto con los orígenes del Williams y que nos lo va a hacer llegar.

El primer tiempo se sirvió a las 15:30 horas, tal fue el éxito del primer platillo, que varios repitieron hasta tres veces. El plato incluía un sope de cecina bañado con una salsa de cítricos, un taco también de cecina con una salsa de chile pasilla, y lo más sabroso un mousse de cilantro, el cual Emilio –quien a estas alturas andaba medio pedo– dijo: “está riquísimo el guacamole”. Una hora más tarde, nos sirvieron el segundo tiempo: Un chile hojaldrado relleno de pollo con almendras, montado sobre espejos de salsa de huitlacoche y flor de calabaza, acompañado por cuscús con arroz silvestre, ¡excepcional! El tercer plato fue una pera cantinera, o sea cocida y aderezada en mezcal, acompañada de dos bolitas de queso de cabra -Jelipe exclamó, "miren se parecen a los huevitos de Sordo". Y como remate, el pastel de Mangel acompañado por un buen café servido en finísima vajilla de la abuelita del Pelucho.

Recién habíamos llegado Marco Antonio pidió ron con coca y al servírselo y probarlo, casi lo escupe y preguntó que marca de ron era a lo que el mesero le dijo que era Ron Baraima, por lo que Marco Antonio prendió en furia y voz en pecho le reclamó a Flopis diciéndole que comprara Bacardí el cual era superior y costaba menos. Ante la clara alteración de Mark Anthony, se mandó comprar una botella de Bacardí.

A sugerencia de Chucho Pontones, cada uno de nosotros tomó la palabra e hizo un brindis a la escuela y a nuestra larga amistad. Luis grabó las alocuciones y mas tarde se subiran a éste blog.

La Música y Despedida: Rudy empezó a tocar el piano y Emilio, Chucho, Munir, Luis Cristino, Mangel y Flopis empezaron a cantar. Rudy nos platicó cómo aprendió a tocar: "Primero por obligación en donde no aprendí ni madres y después por gusto, o sea toco el piano de oído". En realidad toca muy bien. A pesar de la buena música y los alaridos de los cantantes, al cabo de algunos minutos, les ganó el sueño a Abelardo y a Emilio, los cuales acompañaron con sus ronquidos al piano de Rodolfo.

La mayoría de los Willis salimos antes de las 9 de la noche. Solo Jelipe y Charlie se quedaron un poco más de tiempo platicando con nuestro anfitrión.

Epílogo: Conforme se acercaba el aniversario de cumplir 60 años de haber entrado a nuestro querido Colegio Williams y 51 años de haber salido de él, sabíamos que, independientemente de cuantos llegaran y de cómo nos recibieran, nos la íbamos a pasar muy bien. Con el solo hecho de ser nosotros y revertir a aquellos niños de 10 años en el Colegio Williams, nos aseguramos de tener una reunión muy especial, única y sensacional. Y en efecto, fue un gran día.



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