Fieles a la cruz de nuestra parroquia, llegamos a destiempo. El mosco y el Flopis llegaron a las 2:15, porque el mosco pasó a vacunar los cachorritos rodesianos del Flopis. Pero a pesar de lo temprano de su arribo, no fueron los primeros, ahí se encontraron a Marco Antonio que con dos cubas bien enterradas caminaba como gallina coja viendonos con ojitos de huevos de tortuga; llego tan temprano porque se confundió y su reloj estaba adelantado una hora. Poco a poco, fueron llegando el resto de los williamescos, hasta llegar Chucho Pelucho a las 4:30 PM ordenando, después de sus besos y abrazos, una pechuga de pollo, la que le llegó empanizada pero bien cruda.
En fin, fue la comida de la bienvenida, en donde el buen Williamesco dio muestras de ser maestro en el arte de adivinar lo bueno y de callar lo malo.
La reunión fue agradable, prevaleciendo la discusión seria sobre las amenazas nucleares de Corea del Norte y los jitomatazos en Sinaloa a Enrique pena Nieto.
Discutimos de manera alegre el problema de Corea del Norte preguntándonos si esto era simplemente un chantaje para recibir más ayuda económica de Corea del Sur y Estados Unidos, o una aterrante muestra de pendejez. La explicación económica del Flopis era que Corea del Norte deseaba obtener más ayuda incondicional para resolver su problema de pobreza extrema y de bajo crecimiento, siendo estos desplantes agresivos y amenazas nucleares su estrategia para obtenerla. Munir Chalela, quien se debería llamar Contreras, dijo que los coreanos tenían un liderazgo tan limitado e infantil que sus desplantes eran pendejos, porque los americanos, aunque se van a tardar, eventualmente los van a atacar. Y esto en cualquier lado es una acción de pendejos.
Munir –quién obtiene información privilegiada a través de su red camellera– nos dijo que en una visita que EPN hizo a Sinaloa, fue recibido con abucheos y lanzamiento de jitomates, los cuales constituían un peligro contra la integridad de Peña Nieto debido a su gran tamaño por ser Sinaloa el Estado que mejores jitomates produce.
El mosco pidió su paliada de arroz, la cual no le gustó tanto como la que comió en la comida anterior. Sin embargo, Munir y Fernando pidieron lo mismo y juraron y perjuraron que estaba sabrosísima. Vayan ustedes a ver quién tenía razón.
Chucho, quien ha tenido dificultades recurrentes para acceder a Internet, vio por primera vez la fotografía y propuesta de Felipe para Papa, lo cual le produjo una risa descontrolada, y cómo sufre de incontinencia, tuvieron los meseros que traer varios trapeadores para secar su silla y trapear el piso.
Varios de nosotros quedamos sorprendidos al ver a dos cucarachas "gay". Rudy nos preguntó que como sabíamos que eran gay, y le tuvimos que explicar que acababan de salir del closet.
En esta ocasión, como en varias pasadas, Mangel Barrientos se comprometió a hacer esta crónica, pero como de costumbre, sus palabras son más rápidas que sus acciones. Claro, no podíamos dejar de hacer esta reseña pues tal comida fue otra oportunidad para seguir haciendo vida. En efecto, la vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y como la recuerda uno para contarla.
Arrivederci y hasta la próxima.