En esta ocasión, no hicimos quiniela para saber cuántos venían. Caray, nadie le hubiera atinado. Llegamos bastantes: Un total de dieciocho Williamescos: Jesús S. Goyeneche, Francisco Gutiérrez Popi, Carlos Castellanos, Munir Chalela, Guillermo Haddad Zaglul, Luis Gutiérrez, Fernando Hidalgo, Marco Antonio Sordo, Miguel Ángel Barrientos, Jesús Pontones, William Wood, Roberto Rodríguez, Roberto López, Abelardo Castañeda, Salvador Robles, Gustavo Castillo, Felipe Diez y José Luis Vega Alarid; muy buena asistencia y solo faltaron algunos como Rudy Vega, el Huevo, Dillman, Osés, Riestra y el güen Nacho García Téllez.
La grata presencia...
Apenas llegó Willie Wood (después de un chingo de años de no verlo), a petición de Chucho Pelucho, se le recibió con "Hola Hidalgo" y una sonora mentada de madre, lo cual le dio tanto gusto, que nos respondió de igual manera a cada uno de nosotros. A nosotros también nos dio inmenso gusto su saludo maternal, pero yo creo que la próxima vez solo le vamos a decir hola.
En fin, así somos y que!
Por cierto, cuando llegaron Wood e Hidalgo, no se sabía quién era quién. Para aclarar la confusión, les sacamos una foto para constatar dicho parecido (el cual alguna vez notó Chente Zarazúa).
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Hidalgo le estaba diciendo a Luis que no le importaba que le dijeran Wood, cuando Willie le dice a Fernando, "Oye ya vamos a llamarles la atención a esta bola de bueyes para que ya no nos confundan: !Carajo, que haya más respeto!" Así es que Luis le dijo, oye mi Willie, Fernando se siente orgulloso que lo confundan contigo y a ti te causa insomnio... que cabrón sois!
Asombroso...
Nos quedamos atónitos al ver a Felipe comer: ¡Que rapidez! Primero se chutó media hortaliza, después su plato fuerte y antes de que se dijera “Carmela dame una memela”, ya había terminado de tragar. Asimismo, nos quedamos perplejos al ver a nadie como a Fernando, tomar su helado como si fuera cocaína ¡por la nariz!
Los demás si disfrutamos la comida: Lentamente fuimos terminando uno a uno. Wood muy atento, le obsequió a José Luis un pan con su guiso. Vega lo encontró sencillamente delicioso y le pidió mas. A lo que Willie le respondió que no abusara. Por cierto, Vega nunca supo que chingaos comió.
Por cierto, cabe notar que en esta ocasión no se hecho su siesta Fernando.
Comentarios varios…
Como de costumbre, se hablaron de puras pendejadas y todos contribuyeron. Hablamos del celular extraviado de Marco Antonio. Los principales sospechosos fueron José Luis y R3. Pepe Luis confesó que le dieron unos míseros $60 por un teléfono tan corriente. Lo interesante es que R3 también confeso que se lo había clavado, pero ni asistió a esa comida.
R³ llegó en el momento de mayor calor y acompañó a Luis a sacar dinero del Banco. La temperatura estaba a 28 °C y su vestimenta era, camiseta, camisa de lana, chaleco y chamarra de piloto aviador (de reojo se parecía a García Moreno, claro menos la panza). Luis no más de verlo empezó a sudar y a hablarle de lejos... imagínense a que olía R3.
Chalela, quien por mas que se le dice, no suelta el micrófono y su voz se oye hasta Insurgentes. Haddad, Felipe y Carlos callados como siempre (hasta parecía que estaban aburridos o estreñidos). Flopis, muy serio pero, cuando hablaba ¡aguas!. Joaquín, Fernando, Chucho Pontones y Roberto, muy circunspectos, muy propios. José Luis llego con su bigote au natural, canoso, primera vez que se le olvida teñírselo. Popy, con sus cátedras y enseñanzas, inicio una pinche discusión sobre las culturas más antiguas. Unos decían que los celtas, otros que los fenicios otros que los medas, etc. Total, si eso fue antes de que naciéramos que chingaos nos importa (hasta Joaquín que ya se iba, se regresó a discutir sobre el asunto).
Chucho Pontones y R³, se la pasaron hablando de sus dolencias: Parecía competencia. Uno decía tengo la glucosa alta, y el otro contestaba yo más. Luego, uno decía tengo los triglicéridos por el cielo, y el otro respondía, yo también por las nubes. Caray, parecía que los dos iban a declarar que tenían almorranas garapiñadas y que iban a degustarlas.
Comida de los 50 Años
Como este año cumplimos 50 años de haber salido del Williams, empezamos a hablar de la necesidad de organizar algo especial. Flopis ofreció nuevamente su residencia para celebrar la comida de aniversario. Iremos afinando la organización de aquí a noviembre. Felipe propuso hacer una fiesta tipo pueblo, con comida, banda y juegos. Todas las sugerencias que se les ocurran, vamos enviárselas a Luis (Flopis). Beto López propuso que se contratara una combi para repartirnos al final de la comida, pero Chucho sugirió que en lugar de camioneta mejor se contratara una ¡ambulancia!
También surgió la propuesta de sacarnos una foto en el Williams en el mismo orden de que estábamos en 1951, acomodándonos tal y como aparecíamos. La foto nos la podríamos sacar el mismo día de la comida de agosto. Chalela se ofreció para conseguir el permiso para entrar. Nos reuniríamos en el Williams a la una de la tarde para que, después de la foto, nos viniéramos al Vivant.
Otra idea propuesta fue que Chucho Pontones diseñara unas credenciales conmemorativas, con nuestra foto actual y, a lo mejor, con la foto de niño. También se aceptan sugerencias.
Alguien propuso, pero nadie lo peló, que Flopis, quien maneja a toda madre la computadora, hiciera un álbum fotográfico con el antes y el después.
La Partida
Gustavo, Wood y Robles, se retiraron poco antes de las 18:00 hrs, Haddad pasadas las 18:00 horas, José Luis a las 19:00, Flopis a las 19:15 y así nos empezamos a ir todos, poco a poco, ya con la nostalgia del fin de otra comida y la anticipación de la próxima.
La frase del mes la dijo Chucho Pontones: “Negocio que no deja para venir a estas comidas, vale madres”.
