Williamescos

Sitio de los Williamescos: Compañeros de Generación de los años 50 del Colegio Williams en la Ciudad de México. La base de este grupo de muchachos de la tercera juventud es quienes cursamos el 1ro de primaria en 1951 y salimos en 3ro de secundaria de 1959. Desde entonces nos hemos venido reuniendo regularmente sin faltar un solo año. Este sitio es para tratar los temas de la amistad, las raíces compartidas, y el afecto por la escuela que ayudó a forjarnos.

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jueves, 10 de diciembre de 1998

Reunión Anual 1998

El Conejo Nacho García Téllez organizó la reunión anual en la Casa de Cantera allá en la calle de Yucatán, Col. Roma Sur. Aquí reproduzco el texto que redactó Enrique Castillo Pesado y que publicó en El Universal el 1 de diciembre de 1998. Aun cuando Enrique no estuvo presente, nos envió a su corresponsal para tomar las fotos y las notas de la reunión. A continuación citó el rollo del periódico:

“Bajo una grata y cálida atmósfera realzada con regias viandas y finos y variados vinos, se sucedieron los reencuentros entre ex alumnos del Colegio Williams. Fue uno de los amplios salones privados de la Casa de Cantera, el lugar que acogió la presencia de tan distinguidos personajes que, año con año, se reúnen para brindar por una Feliz Navidad y un próspero Año Nuevo. Ahí, felices de la vida, recordando viejos y añorados tiempos en el colegio, vimos al licenciado Munir Chalela Solano, Miguel A. Barrientos, Licenciado Fernando Best, Doctor Abelardo Castañeda, Arquitecto Jesús Goyeneche, Ingeniero William Wood, Ingeniero Ignacio García Téllez, Licenciado Marco Sordo, C.P. Javier Brassel, Salvador Peredo y Luis Valenzuela. En mesa contigua departían como "alegres bohemios", Ingeniero José L. Vega, Ernesto Zetina (no me acuerdo que haya estado en la reunión), los Ingenieros: Roberto López, Gonzalo Larrauri y Jesús Pontones; el Arquitecto José Rodríguez, Roberto Rodríguez, Ingeniero Anthony Smith, Moisés Kleinberg, Roberto Leal, Carlos Adolfo Castellanos y el ingeniero Francisco Aguinaga. Durante la cena, los convidados deleitaron su paladar con una gran variedad de sabrosos platillos de la cocina mexicana, acompañados de deliciosas guarniciones, y para coronar, fue servida una deliciosa selección de postres. Entre tanto caballero bien vestido y bien perfumado (éste a de haber sido el maricón de Rudy), anotamos al C.P. Fernando Barber, Doctor Gustavo Castillo, Doctor Gustavo Chapeta, Licenciado Jesús Estrada, Ingeniero Felipe Díez, C.P. Víctor M. Gracia, Los ingenieros: Jorge Hammeken, Roberto Heatly, Alberto Vianchi, Jorge Alberto L., C.P. Javier Pérez. C.P. Eduardo Philippe, Joaquín Robles, Ingeniero Raúl Calles Ontiveros y el Doctor Jorge Solís Cámara. Y así, entre charlas y brindis y buenos deseos por un nuevo año lleno de prosperidad y salud, los ex alumnos del Colegio Williams la pasaron ¡de maravilla!”

En el reportaje no aparece mi nombre, ni el de Rudy y aparecen los de otros que no estuvieron en la reunión.

Me acuerdo de una simpática anécdota. Al lado mío estaba el Morelense, ya saben, El Quiosco, en otras palabras el Terrible José Rodríguez Churches. En frente estaba el siempre tímido, callado y abstemio Rodolfo Vega Pasalajarra. Bueno, entre copa y copa, y recuerdo tras recuerdo, se me acerca al oído José y me dice: “ Te acuerdas como me molestaba el Huevo, burlándose de que era un enano, un chaparro. Pues, caray, como las cosas cambian. Ahora ya crecí y estoy de su tamaño, aparte me volví experto en las artes marciales. ¡A que ahora no se burla de mí!”. Carajo, cuando escuché esto no sabía si reír o llorar. Así es que, me volteo y le digo:
-“Oye mi José, ¿Crees que me puedes romper la madre?”
-“No cabrón estas muy grandote”, me contesta.
Así es que le pregunto al recatado e introvertido de Rudy: “Oye Rudy, ¿crees tú que le puedes dar en la madre aquí a José con todos y sus conocimientos avanzados en las artes marciales?”
- ¡Por supuesto!, carajo, hasta la pregunta ofende.
José le digo, ni Rudy, ni yo estamos tan seguros de que le podemos dar en la madre al Huevo. Así es que cabrón diviértete, gózala y deja de chingar con malas memorias de los errores propios y ajenos, que eso ya pasó y está en la memoria del pasado, no es algo del presente. Lo que no nos perjudico nos hizo más fuertes.

La reunión terminó como a las 11 PM, después de cantar el Himno a la Escuela, entre promesas de amistad eterna, y el compromiso de no faltar a la próxima reunión. Saliendo de allí, para calmar a José, Rudy nos llevó (junto con el Aba) al Latino's, uno de sus centros exclusivos de arte y cultura, en la calle de Nápoles en la Col. Juárez, donde unas voluptuosas artistas les pusieron sus abultados traseros en las narices a José y al Aba, al grito de “Te acaba de decir enano, rómpele la madre”. Pero ya para entonces, José había restablecido su paz interior, encontrándose en armonía con el universo. Para los que no entendieron, José estaba ecuánime, tranquilo y magnánimo. Muy serio nos pidió que nos olvidáramos del exabrupto, lo cual inmediatamente los tres: Rudy, Aba y un servidor, le prometimos de manera muy seria olvidar. Es más, no sé ni qué carajos les acabo de decir.

Los Willis

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